Hace 12 años le tuvieron que cortar una pierna, curiosamente en Cereté, de donde también sabemos han salido algunos desmembradores renombrados. Nos reímos de él y seguro en algún punto él también, de no considerarlo gracioso habría renunciado a seguir payaseando, pero no. Payaseó hasta hace unos 3 años con diferentes circos, cada vez mas paupérrimos para finalizar en uno que seguro no tenía ni perros.
Hace dos años Pernito, su padre; quien lo instruyo en el apostolado no pedofilico (¿?) de andar con los niños cerca, murió de un coma diabético, la misma diabetes que le quito la piernita y la vida ayer por la mañana.
Bebé vivía en un ancianito pesando 70 kilos menos que cuando lo veíamos en televisión y según dicen invadido por una tristeza de la que no hizo sino hablar hasta que se murió, pobre bebé, saber que yo que escribo me estoy aguantando la risita como también uno que otro de los que lea.
Bebé iba a ser relevante por primera vez en años, dejó de lado la muerte en sus cuatro anteriores ingresos a urgencias hospitalarias de este año, para madrugar a morirse antes de las cinco de la mañana, ser el primero que se muriera en el día y que los medios le hicieran el seguimiento, mandaran una reportera a donde sus amigos y pasaran algunas fotos en el noticiero del medio día para que la gente, sin parar de comer, dijera: que pesar.
Pero no, ese día como todos los otros, la vida y el destino se rieron de él, como nos reímos todos. El gran Escalona, la honra viva de la música colombiana murió también poniendo una sombra insalvable sobre la muerte de bebé que aun no estaba tieso cuando la memoria de este país de nuevo lo había enterrado.
¡Ay! Bebé, ojalá exista el cielo, para que allá continúe tu tragedia.
Fotografía: Juan Camilo Palacio © 2008
¡El final perfecto para una vida imperfecta!
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